Entre un 20 y un 28% de los pacientes diabéticos puede padecer una falta de riego arterial en los miembros inferiores, dando lugar a esta dolencia. La prevalencia del pie diabético destaca la importancia de entender sus causas y adoptar estrategias preventivas eficaces. Además, se vuelve fundamental tener muy en cuenta los factores neuropáticos y vasculares de la patogénesis del pie diabético para evitar complicaciones severas.
¿Qué es el Pie Diabético?
Según las directrices de la IWGDF (International Working Group on the Diabetic Foot), el pie diabético se define como “una infección, ulceración o destrucción de los tejidos profundos relacionada con alteraciones neurológicas y diferentes grados de enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores en personas con diabetes mellitus”.
Esta afección no solo provoca un gran sufrimiento personal debido a la posible infección, ulceración o destrucción de los tejidos profundos del pie, sino que también implica una carga considerable para la familia del paciente, los profesionales de la salud y los servicios sanitarios.
Esta condición es el resultado de la combinación de diversos factores de riesgo asociados a la diabetes: daño a los nervios (neuropatía), mala circulación sanguínea (isquemia/Enfermedad Arterial Periférica) e infecciones. Estos problemas pueden causar lesiones en los tejidos y úlceras debido a pequeños traumas o heridas que pasan desapercibidas. La gravedad de estas lesiones puede llevar a complicaciones serias, incluyendo la posibilidad de amputaciones. El pie diabético resulta en una alta morbilidad, es decir, causa una significativa afectación en la salud y calidad de vida del paciente.
Los pacientes con pie diabético pueden experimentar una serie de síntomas que incluyen dolor, úlceras persistentes, cambios en la coloración de la piel, pérdida de sensibilidad y, en casos avanzados, gangrena.
Se trata de una patología extremadamente preocupante. El pronóstico de un paciente con una ulceración en el pie que requiera amputación es peor que el de muchos cánceres: más del 50% no sobrevivirán 5 años. Por ello, es de vital importancia una evaluación precoz para identificar el retraso o mala cicatrización de heridas y de amputación para, así, abordar su tratamiento.
Causas del Pie Diabético
Las causas del pie diabético son multifactoriales y suelen implicar la concurrencia de varios factores de riesgo. Entre los más destacados se encuentran:
1. Neuropatía Diabética Periférica: Esta condición provoca una pérdida de sensibilidad en los pies debido al daño a los nervios periféricos. Como resultado, los pacientes pueden no sentir lesiones menores o presión excesiva, lo que lleva a la formación de úlceras que pasan desapercibidas y no se tratan adecuadamente.
2. Enfermedad Arterial Periférica: La diabetes también afecta la circulación sanguínea, disminuyendo el flujo de sangre a las extremidades. Esta pobre circulación impide la adecuada oxigenación y nutrición de los tejidos, dificultando la cicatrización de heridas y aumentando el riesgo de infecciones graves.
3. Deformidades del Pie: Las deformidades digitales (dedos en martillo, mazo, garra), alteraciones ungueales (uñas encarnadas, uñas engrosadas, etc.), o las alteraciones en el tipo de pie (pies planos, cavos, etc.) que alteran la distribución normal de las presiones a nivel plantar o de la distribución del peso corporal sobre el pie, sumado a la presencia de neuropatía diabética, incrementan los puntos de presión y la probabilidad de ulceraciones. Esta es todavía mayor si, además, el paciente no sigue un cuidado estrecho de estas alteraciones y usa un calzado inadecuado.
4. Hiperglucemia Crónica: Los niveles elevados de glucosa en sangre a lo largo del tiempo dañan los vasos sanguíneos y los nervios, exacerbando los problemas circulatorios y nerviosos que conducen al pie diabético.
5. Traumatismos y callosidades (hiperqueratosis): Tanto lesiones, quemaduras o cortes pueden ser muy problemáticas para personas con diabetes, ya que la capacidad de regeneración de esas heridas se reduce. Lo mismo ocurre con esas zonas de piel engrosada y endurecida; al perderse sensibilidad pueden desarrollarse úlceras por presión y fricción en determinados puntos del pie.
6. Isquemia crítica: Una condición que puede ser común en personas con diabetes. El flujo sanguíneo disminuye en las extremidades y puede desembocar, incluso, en una gangrena del miembro y en la necesidad de amputarse si no se recibe un tratamiento adecuado.
7. Factores de Riesgo Adicionales: Tabaquismo, obesidad, hipertensión, dislipidemia, sedentarismo, la condición social y el estado general del paciente son factores que contribuyen significativamente al desarrollo del pie diabético. Estos factores incrementan el riesgo de arteriosclerosis y complicaciones vasculares, agravando aún más la condición.
En resumen, el pie diabético es una complicación seria de la diabetes que requiere una comprensión profunda de sus causas y un enfoque preventivo y de tratamiento multidisciplinar para reducir su impacto en la calidad de vida de los pacientes y en los recursos sanitarios.
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