Este artículo está basado en el documento de consenso financiado por ConvaTec Limited y avalado por la Sociedad Española de Heridas: Haciendo frente a las heridas de difícil cicatrización mediante una estrategia de intervención temprana contra el biofilm: higiene de la herida.
Las heridas de difícil cicatrización, a veces mal denominadas como “heridas crónicas”, representan un desafío significativo para los sistemas de salud, y no solo generan dolor físico al paciente, sino que pueden tener también secuelas psicológicas. La clave para abordar estas heridas radica en una intervención temprana centrada en un correcto diagnóstico etiológico y en un esfuerzo constante para combatir el biofilm, una compleja comunidad de bacterias y hongos que obstaculiza la cicatrización.
Garantizar una higiene eficaz en el tratamiento de heridas crónicas requiere un enfoque holístico y un análisis metódico de las circunstancias del paciente. Es por eso que en el documento se exponen los siguientes puntos a seguir:
1. Identificación y Evaluación de la Herida:
Las heridas crónicas a menudo están asociadas con la presencia de biofilm. Antes de abordar la higiene, es esencial identificar y evaluar la herida para determinar la presencia de esta comunidad microbiana. Un diagnóstico preciso establecerá las bases para un tratamiento efectivo.
Más allá de la higiene, es crucial considerar las causas subyacentes de la herida y las condiciones del paciente. Abordar simultáneamente la patología y el biofilm aumenta las posibilidades de éxito mediante un abordaje completo. Al centrarse en las causas subyacentes de la patología, se pueden reducir las secuelas y mejorar así la efectividad del tratamiento.
2. Desbridamiento de la Herida:
El desbridamiento, paso esencial en el proceso, implica la eliminación o reducción del biofilm y otras sustancias no deseadas. Este procedimiento, llevado a cabo mecánicamente y con la ayuda de soluciones con surfactantes o antimicrobianas, en algunos casos, mejora las condiciones de la lesión, preparándola para el proceso de cicatrización. La consideración y el abordaje del dolor del paciente durante este paso es de suma importancia en este tratamiento.
3. Acondicionamiento de los Bordes de la Herida:
La actividad del biofilm es más intensa en los bordes de la herida, lo que ralentiza la formación de tejido nuevo y saludable. Acondicionar estos bordes implica la eliminación de tejido contaminado y, en algunos casos, permitir un sangrado controlado con compresas o gasas suaves. Este paso facilita la expresión de factores de crecimiento, promoviendo así una mejor evolución hacia la formación de tejido sano y a la cicatrización.
4. Aplicación de apósitos adecuados:
Una vez limpio y desbridado el lecho de la herida, es crucial eliminar cualquier resto de biofilm residual o de carga biológica planctónica para intentar prevenir que éste vuelva a aparecer. En este paso, la aplicación de apósitos antimicrobianos o antibiofilm serán claves para la evolución de la lesión. La elección del apósito deberá venir determinada, tanto por sus capacidades antibiofilm como por sus capacidades de gestión del exudado, adaptándose a las circunstancias y necesidades del estado concreto de la lesión.
El tratamiento efectivo de las heridas crónicas implica una estrategia integral que va más allá de la mera higiene. Identificar y dar la importancia que requiere a la eliminación de la presencia de biofilm, abordar las causas subyacentes, realizar un desbridamiento cuidadoso y acondicionar los bordes son pasos fundamentales para no alargar un tratamiento que es ya tedioso y doloroso para los pacientes. Este enfoque organizado y metódico ofrece una perspectiva prometedora en la gestión de heridas crónicas, brindando a los pacientes la esperanza de una cicatrización efectiva y la mejora de su calidad de vida.
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